Y así se fue UN año más, es curioso como ese valor minúsculo (uno) se traduce en un sinfín de experiencias, emociones, personas, momentos, decisiones... y al final termina por acuñarse dentro del tiempo que pasamos en este mundo; que poco a poco nos enseña a base de euforias y desaires la esencia de la existencia: un aprendizaje continuo en busca de que el ideal de la felicidad sea por fin encontrado.
El tiempo, que continúa su marcha interminable y se proyecta al infinito, hace que tengamos que establecer un día "especial" para acordarnos de nuestra madre, el padre, el abuelo, el maestro, el amigo, la tierra, la bandera, el agua, el SIDA y por supuesto... de uno mismo!
Pero ningún día es igual a otro, aún teniendo la misma denominación un 14 de febrero puede convertirse en un idilio o llegar a ser un verdadero martirio. Pero el cumpleaños se distingue de entre los demás días, el aniversario del inicio de la propia aventura, del despertar a la vida y enfrentar el reto de poder disfrutar la efímera estancia en el mundo. Este día nos da la oportunidad de volver por un momento la vista atrás y darse cuenta del camino recorrido, para poder retomar fuerzas y continuar con decisión hacia adelante.
Sí, atrás quedaron las fiestas temáticas con piñatas y globos en forma de dinosaurio, pastel y regalos a granel. Ahora queda como obsequio ese instante de introspección (y un Mp3!) que deja a su paso un nuevo concepto personal, veo la cadena de sucesos que inevitablemente me han llevado a este momento y la evolución con ayuda de familiares y amistades que hacen que me sienta bien conmigo; ya que cada amanecer ofrece siempre la oportunidad de sucumbir al conformismo y la rutina. Sin embargo existe también otro camino, la senda del cambio, la búsqueda del conocimiento, de vivencias distintas y emociones fuertes, el camino que nos hace apreciar la luz mediante la obscuridad, el camino en el que los planes no resultan como se tenían pensados y acaban por ser algo mejor, el camino que me empeño en recorrer cada día desde hace ya 19 años bajo la máxima CARPE DIEM!
... M! ¢äM!nØ