Hasta que me mates
un día estarás tranquilo,
yo voy contigo a todas partes
y lentamente os aniquilo.
Encuéntrame en tu pensamiento,
inestable telaraña en donde
sufren ahogados sentimientos
haciendo preguntas que nadie responde.
Allí tu desesperada razón
lucha decidida e incansable
destrozando la fe del corazón
y su victoria parece inevitable.
ostentar la locura de un genio
sin la genialidad de un loco
y yaces bajo el yugo del tedio.
Sí, desde hace tiempo te vigilo
y dirijo sutilmente tus acciones.
Si tienes alguna objeción, sólo dilo;
pero ya es tarde para cambiar mis convicciones.
Sé que por momentos has conseguido
librarte de esta ineluctable influencia
con efímeros éxtasis sin sentido
y una duda profana tu consciencia:
Saber si son sueños o realidades,
tan sólo visiones o verdades,
pesadillas, falacias, vanidades
o no más que falsas claridades...
Hasta que me mates un día estarás tranquilo;
pues mi omnipresencia termina con tu júbilo.
Mi esperanza es que nunca te des cuenta
y aún si lo descubres... mi muerte será lenta.
Leunamägo