La muerte te observa
con su rostro demacrado,
y pasa junto a ti
con la frialdad del invierno.
Tú, ahí congelado
durante tu agonía tardía
y ese sueño tan anhelado,
lo que creíste que fue tu vida.
Así ella te hace perecer,
deseando llegar al sepulcro,
la ilusión de liberar tu ser,
ser uno con el universo... !Morir!
Pero la muerte
puede no ser el fin,
porque ese cuerpo inerte
nunca perteneció a ti.
Y aún sin esa carga material
llevas victorias y derrotas sin par;
sí, todo acaba en el funeral,
pero te aseguro, al final vivirás.
...Leunamägo